Dios siempre piensa en grande. La perfección de lo que creó es clara evidencia. Piensa y obra siempre con excelencia.
Jesús vino a darnos vida en abundancia. Es impresionante cómo muchos cristianos tienen su mente y corazón en la vida eterna y no aprenden a vivir la existencia que Dios nos regaló en la tierra. Debemos aprender a vivir.
Para pensar en recibir un cuerpo glorificado, aprende primero a cuidar el de carne y hueso que ya te dio. Antes de desear caminar por las calles de oro del cielo, aprende a caminar bien y con dignidad en las calles de tu ciudad. No pidas una morada celestial sin construir y cuidar bien la que tienes ahora. Demuéstrale al Señor que puede darte galardones, que también eres capaz de ganar medallas y reconocimientos con las capacidades que te ha dado. No te dejará ver Su rostro si antes no aprendes a convivir con tus semejantes que son Sus criaturas.
No te dejes adormecer por un pensamiento religioso equivocado que te impide vivir correctamente. Deja de hablar de la segunda venida de nuestro Señor sin antes declarar a cuantos puedas que Él ya vino una vez y que deben entregarle su vida.
Filipenses 4: 7-9 continúa con el consejo para aprender a vivir: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
BENDICIONES...
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