Las grandes compañías están siempre atentas a los gustos de los jóvenes para sus campañas publicitarias. Los jóvenes son el pulso que marca el ritmo en nuestro mundo moderno. La influencia que los jóvenes pueden provocar sobre la sociedad no siempre es positiva.
Aún estamos sufriendo las secuelas de una generación de jóvenes que impuso las drogas y la promiscuidad como moda. El impacto que los jóvenes tienen sobre la sociedad se debe a su espíritu libre y audaz. Cuando algo les gusta, lo abrazan con pasión no importando las consecuencias. Ellos, a diferencia de los adultos, no son regidos por paradigmas paralizadores.
Es en la edad de la juventud que los sueños nacen, es la etapa en la que todo es posible. Hay algo en lo que los jóvenes se parecen a Dios, y es en su fuerza. Una y otra vez en las escrituras leemos acerca de la fuerza de Dios, pero también leemos acerca de la fuerza de los jóvenes. “la gloria de los jóvenes es su fuerza…” dice Proverbios 20:29
Solo tienes que prender la televisión o la radio para ser testigo del derroche de energía de muchos actores y músicos jóvenes. En la mayoría de las ocasiones hay poco talento, pero estos jóvenes están llegando a multitudes con su pasión y su energía.
No solo el cine y los sellos disqueros han aprovechado la fuerza de los jóvenes. A través de la historia tiranos con ideas distorsionadas y extremistas han abusado y siguen abusando de la fuerza y la pasión de los jóvenes para cumplir sus propósitos utilizándolos como carne de cañón y hombres bomba.
Dios ha cumplido muchos de sus propósitos a través de los jóvenes. Solo tenemos que leer la Biblia para ver las historias de Josué, David, Gedeon, Daniel, Sadrach, Mesach, Abednego y Jesús mismo, para darnos cuenta que Dios quiere utilizar a los jóvenes.
La iglesia necesita la fuerza y la pasión de los jóvenes para combinarla con el discernimiento y el consejo de los adultos. Esta es una formula de éxito.
“Ahora pues, hijo, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca… No sea que extraños se sacien de tu fuerza y tus trabajos estén en casa del extraño” Prov. 5:7,10
Tal vez los jóvenes utilicen un lenguaje diferente o su forma de vestir o peinarse no se adapte a los gustos de los adultos pero todo esto es secundario.
Los pastores y líderes no deben de perder tiempo en asuntos de orden secundario, sino dedicarse a enseñar principios y canalizar la pasión de los jóvenes.
Es importante que aquellos a los cuales ponemos como lideres de nuestros jóvenes, sean apasionados y entiendan el pulso de esta generación para que puedan realmente desafiarlos. Es también importante que sean prácticos y tengan metas realistas acerca de lo que persiguen como grupo de jóvenes y congregación.
Recientemente participe en un congreso de jóvenes y al concluir me quede a compartir a la congregación el domingo por la mañana y la verdad es que la diferencia era extrema, la reunión dominical, compuesta en su mayoría de adultos no tenía el fluir y la pasión que mostraban los jóvenes en el congreso. Era muy distinta.
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