El Parlamento luso ha aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo. El proyecto de ley del Gobierno socialista, que excluye la adopción, ha sido adoptado en primera lectura con el apoyo de la izquierda parlamentaria.
El primer ministro, José Socrates, ha calificado el día de histórico.
“Esta ley cumple de la mejor forma con el espíritu y el texto de la Constitución. Con ella, se respetarán las libertades individuales y se promoverá la igualdad de todos los ciudadanos de cara a la ley. Con ella estaremos eliminando la discriminación”.
La legalización del matrimonio homosexual era una promesa electoral del Partido Socialista de Portugal, un país en el que la homosexualidad estaba considerada un crimen hasta 1982.
Para el presidente de la Asociación de Gays y Lesbianas, se trata de una señal muy importante para la sociedad y para los países con leyes discriminatorias con respecto al reconocimiento de las relaciones entre personas del mismo sexo.
A diferencia de España donde la ley del matrimonio homosexual suscitó una fuerte controversia, en Portugal ha provocado una discreta oposición.
“Pienso que como cristiana es una cosa totalmente distorsionada” opina una monja.
“Creo que cada uno debería permanecer en su lugar. Dios hizo a los hombres y mujeres para que se reprodujeran y no para que las personas del mismo sexo se emparejaran”.
La Iglesia portuguesa no ha querido inmiscuirse en una cuestión que considera competencia del Parlamento.
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