Nuestro tesoro es la promesa de la vida eterna, pero mientras eso sucede, todos pasamos tribulación.
A veces, tenemos falsas expectativas sobre la vida de fe porque suponemos que siendo cristianos, no pasaremos dificultades, pero estamos equivocados. La crisis es externa, la angustia es interna y estamos llamados a controlar lo que hay en nuestro interior porque es allí donde tenemos el poder de Dios.
Por ejemplo, la lluvia es externa y no podemos evitarla, pero sí podemos protegernos e impedir que nos moleste. Así que podemos estar atribulados, en apuros, perseguidos y derribados, pero nunca sentirnos angustiados, desesperados, desamparados o destruidos (2 Corintios 4:7-9).
Nuestra santidad será genuina cuando aceptemos que el poder de Dios está dentro de cada uno, por lo que somos capaces de vencer cualquier situación externa que nos amenace gracias a Jesús y su poder. Demostremos nuestra condición de verdaderos cristianos rechazando el proceso de angustia que lleva a la desesperación. Cuando te sientas débil, acude al Señor en oración para que levante tu fe. Deposita tu confianza en Él. Recuerda que en Cristo, no siempre se gana (con respecto a las dificultades que llegan), pero el triunfo está garantizado. Al hombre que confía completamente en Dios, siempre le espera un final dichoso.
Proverbios 24:15-16 advierte al mal que no atente contra el justo que es capaz de levantarse de una derrota, las veces que sea necesario. Por el contrario, el impío cae y no se recupera. Justos o malvados caen, pero se levanta quien confía en el Señor.
Autor: Cash Luna
Fragmento
Ameen! Dios te bendiga!
ResponderEliminarSigue haciendo esta obra del señor!