El jugador de fútbol americano Drew Brees lideró a su equipo, los Saints de Nueva Orleans, en la conquista del título de ganador del campeonato nacional, en el evento deportivo más seguido en Estados Unidos. El quarterback consiguió el título de jugador más valioso (MVP) en una emocionante final frente a los Indianápolis Colts.
Es el último gran héroe americano. Drew Brees nació en 1979 y ha logrado que los New Orleans Saints, después de 43 años de fracasos, conquisten su primera Super Bowl el pasado 7 de febrero de 2010, aún con las consecuencias evidentes de la destrucción de la ciudad de Nueva Orleans por el huracán Katrina.
Brees, tejano, fue elegido MVP del partido. Drew Brees entró en la historia al completar 32 pases, igualando un récord de la Superbowl, que ahora comparte con Tom Brady, de los Patriots. Teniendo en cuenta que el fútbol americano es el deporte rey en EEUU -por delante de la NBA, el golf o el beisbol- no es nada aventurado decir que Brees es ahora mismo un personaje que supera en impacto social en Norteamérica a un equivalente a Messi o Cristiano Ronaldo en Europa.
HISTORIA DE SUPERACIÓN
Una grave lesión en el hombro estuvo a punto de acabar con la carrera de Brees en 2005. El accidente llegó justo cuando acababa de ganar el premio NFL´s Comeback Player of the Year en 2004.
Una grave lesión en el hombro estuvo a punto de acabar con la carrera de Brees en 2005. El accidente llegó justo cuando acababa de ganar el premio NFL´s Comeback Player of the Year en 2004.
Pero Brees, con la confianza del técnico de los Saints, Sean Payton, ha resurgido para convertirse en el personaje del momento. “Éramos conscientes de que jugábamos con toda una ciudad detrás nuestro, quizá con todo un país”, resumía el “MVP” mientras alzaba el trofeo Vince Lombardi de campeón.
El jugador es un cristiano evangélico ferviente que en absoluto oculta su fe, tanto que tiene el sobrenombre de "Breesus" debido a que frecuentemente habla de Jesús.
“Es todo. Yo me apoyo en mi fe en todo tiempo”, dice Brees. “Es lo que me lleva cada día. Me ha dado confianza para seguir adelante y establecer las metas que tratamos de cumplir como equipo. Es bueno saber que Dios me puso en una posición por una razón, Él me ha dado estos talentos y habilidades y esta oportunidad por una razón. Voy a seguir adelante y a darle a Él la gloria”.
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