El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Juan 10:10
Estaba leyendo unas estadísticas acerca de los países con mejor calidad de vida del mundo, siempre, en los primeros lugares de los últimos 2 años se encuentran los países que posiblemente ya la mayoría imaginamos; Estados Unidos, Japón, Canadá y algunas potencias europeas tales como Francia, Alemania, Suiza, etc.
Para poder determinar la calidad de vida de los habitantes de esos países, se toman en cuenta ciertos criterios, nueve para ser exactos, entre los cuales están los sistemas de salud, la economía, libertad, seguridad, infraestructura, entre otros.
Es muy lindo para las personas que gozan de vivir en estos países, el hecho de poder disfrutar de mejores beneficios, los cuales, sin duda dan grandes ventajas sobre los países menos desarrollados, o con menor taza de calidad de vida, según los criterios anteriores.
Por el contrarío, también existe una cruel realidad, los países que se encuentran en último lugar de la lista son prácticamente todos, países africanos. Por ejemplo Somalia, el cual, ni siquiera tiene un régimen político definido, los que gobiernan el país son bandas de islámicos que viven en guerra por el poder de dicho país, la gente vive con miedo, sin libertad, y día a día luchan para sobrevivir. Bajo estas condiciones es muy difícil vivir.
¿Cómo puede haber en un mismo mundo diferencias de vida tan radicales?. Tenemos que tomar en cuenta la calidad de vida a nivel individual, si, preguntémonos: ¿Serán realmente felices los ciudadanos que viven en los países con mejor calidad de vida?, bueno, si tienen a Cristo como centro de sus vidas, si. Si no lo tienen, sólo viven cómodos, aunque no completamente felices.
Analicemos una situación, en los últimos años, el índice de suicidios más alto ha estado en los países más desarrollados, como en muchas partes de Europa, Japón, entre otros. Existen muchos más problemas sociales que nada tienen que ver con los criterios que ya vimos también en estos países, por ejemplo, drogadicción, alcoholismo, divorcios, etc. Los cuales nos hacen ver que una nación buena para vivir, no nos garantiza felicidad.
Cristo dice: "Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba." - Juan 7:37. Jesús nos invita a beber del agua de vida en abundancia que él nos regala, el nos dice que si tenemos sed de verdadera vida, verdadera felicidad, verdadero sentido y propósito, bebamos del agua que sólo él nos da. No importa si vives en Somalia o vives en Bruselas, Bélgica; el nos da vida, vida en abundancia, el pone lo que falta, nos da amor y nos brinda de su apoyo para cualquier situación.
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